miércoles, 19 de marzo de 2014

Conozca cuáles son los errores más comunes a la hora de armar un Currículum

Según los reclutadores, la desorganización de la información y las faltas de ortografía aparecen como los problemas más frecuentes a la hora de armar el perfil profesional. Los puntos a tener en cuenta para que el documento sea todo un éxito

El Currículum Vitae (CV) es la principal presentación que "habla por nosotros" al momento de aplicar a un nuevo trabajo. Se trata del documento con el que se capta o no la atención del reclutador. De ahí la importancia de que no falten datos y que la información se presente de manera clara y atractiva.
Al momento de armar un CV es muy fácil cometer errores pero, una vez leído por el empleador, es muy difícil reparar el daño. Expertos aseguran que el error más frecuente es la desorganización de la información, seguido por faltas de ortografía.
Margarita Chico, Directora de Comunicación de Trabajando.com señaló que la presentación de esta herramienta pesa 85% para que una persona logre ser contratada y si el reclutador pierde su atención en la primera lectura, es muy probable que sea descartado para una primera entrevista.
Posiblemente el documento describa todos los conocimientos, competencias y experiencias, pero quizás esta información no está bien estructurada, y basta tan sólo un detalle para que las empresas cierren las puertas del aplicante.
Para que eso no ocurra, es recomendable revisarlo bien y asegurarse de no cometer los siguientes errores:
• Incluir certificados de estudio o de notas.
• Incluir estudios de primaria y secundaria.
• Incluir cartas de recomendación.
• Incluir referencias, estas se entregan en la entrevista si te las solicitan.
• Usar pronombres como yo, nosotros o ellos.
• Información personal (gustos, salud, afiliaciones políticas o religiosas).
• Dejar "lagunas" de tiempo.
• Ser extenso.
• Usar muchos términos técnicos.
• Presentar fotografías demasiado informales.
• Usar un diseño muy "original" con demasiados colores
• No incluir las expectativas salariales, estas se negocian durante una segunda fase de entrevistas.
Entonces, ¿cuál es el mejor formato para escribir un currículum? No existe un único modelo, pero sí aspectos básicos que se deben considerar siempre:
• El CV debe ser claro, legible y estructurado.
• Debe tener un título que te identifique en el nivel que tienes y la profesión a la que te dedicas o aspiras trabajar.
• El objetivo no debe ser muy general, debe ser muy específico acerca de lo que quieres, no caer con la frase trillada "entrar a una empresa transnacional que me permita desarrollar mis conocimientos..."
• Debe tener tres secciones: tus datos personales, aspectos importantes de tu educación, formación y tus experiencias y logros laborales.
• Te recomendamos no utilizar muchos términos técnicos, dificultan la lectura del CV.
• No inventes actividades profesionales u extra-profesionales, los reclutadores lo notan rápidamente. Las personas que mienten son descubiertas con mucha facilidad por las compañías que los contratan.
• Aunque tengas una gran experiencia trata que tu CV esté en máximo dos páginas.
• El CV no es una biografía. Escribe únicamente las experiencias que consideras importantes.
• Trata de presentarlo con formato visualmente agradable y fácil de leer, sin adornos, ni diseños.


Cinco claves para la felicidad de los empleados


Este jueves se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una jornada en la que se rinde homenaje a este estado de ánimo en todos los ámbitos de la vida

Este jueves 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una jornada en la que se rinde homenaje a este estado de ánimo en todos los ámbitos de la vida.
La empresa española Signo editores se une a la celebración compartiendo lo que para sus empleados es la felicidad, cinco claves que hacen que su equipo humano disfrute de su trabajo y su empresa, en definitiva, que sean felices en el ámbito laboral.

1.       Conciliación de la vida laboral y familiar: adaptar los horarios a las necesidades familiares y de ocio hace que los empleados estén más satisfechos y sean más productivos.
2.       Promoción interna: el reconocimiento del trabajo bien hecho y los ascensos dentro de la empresa son incentivos valiosos que animan a los empleados a involucrarse en los proyectos y ser fiel a la organización.
3.       Jornadas con empleados: bien gestionadas resultan una herramienta muy valiosa para crear unión y ayudar al equipo a conocerse e intercambiar nuevas experiencias.
4.       Retribución adaptada: adaptar los salarios y las formas de pago a las necesidades de los empleados es otra manera de mantener el compromiso y crear cohesión. El trabajador no se siente como uno más, sino que sabe que sus peticiones son escuchadas.
5.       Establecer diálogo: la comunicación interna es básica para que la empresa funcione. Las comunicaciones claras en ambos sentidos enriquecen los proyectos y dan sensación de cercanía.

Para Clara Alonso, directora general de Signo editores, la clave está en "dejar los números a un lado por un instante y centrarse en las personas."
"No hay nada más valioso para una empresa que un trabajador motivado y comprometido con su trabajo. Nosotros lo sabemos y por eso hemos puesto en práctica medidas como el horario de 7:10 a 16:30 de lunes a jueves y los viernes hasta las 14:10, o la retribución a través de cheques comida, seguro médico o guardería", concluye.

Fuente: iPorfesional

Una empresa rastrea a sus empleados para saber las horas que duermen y hasta qué comen

The Outside View obliga a su personal a llevar sensores y apps en sus teléfonos para participar en un experimento cuyo objetivo es monitorear sus vidas
Una empresa londinense especializada en analítica de datos está rastreando a sus empleados. 
Según cuenta el diario The Guardian, la compañía llamada The Outside View obliga a su personal a llevar sensores, apps en sus teléfonos y otros dispositivos para participar en un experimento cuyo objetivo es monitorear sus vidas.
Para el fundador de la empresa, entrevistado por el diario londinense, se trata de una idea "cool" que le permitirá saber si sus empleados están alineados con los valores culturales y de negocio de la firma.
Los empleados, en tanto, dicen que si se negaran a llevar dichos dispositivos terminarían en la calle.

Entre los datos que la compañía londinense quiere conocer de sus colaboradores están las horas que duermen, las distancias que caminan o corren, lo que comen, y el tiempo que pasan sentados ante su mesa de trabajo. 

Antes de ponerse encima todos los sensores y someterse voluntariamente al espionaje masivo, los empleados deben pasar la revisión de un centro llamado Center for Health and Human Performance, muy conocido por preparar a personas que van a subir el Everest.
En este examen se define la condición física de la que parte cada uno y, según su estado, se les manda a hacer una dieta o un programa de ejercicios personalizado a la que el equipo debe asistir semanalmente. 

Su duración es de entre 15 y 30 minutos, pero su efectividad, asegura The Guardian, equivale a un entrenamiento de 90 minutos en el gimnasio. 

A medida que el experimento avanza, más datos se revelan sobre la vida del equipo, que monitorea cuánto corre, anda o rueda en sus bicis con la app Moves, cómo y cuántas horas duermen con la app Sleep Cycle, y cuántas calorías ingresan por comida con Meal Snap.

Finalmente, los usuarios reciben dos veces al día notificaciones en sus teléfonos (a través de la app Mappiness) para que den cuenta de cuán felices son en ese momento o de cuán relajados y despiertos se notan a sí mismos.

Además, Mappiness pide a los usuarios información de contexto, Es decir, dónde están, si están acompañados por familiares o amigos, si están al aire libre o en un sitio cerrado y que están haciendo justo en ese momento. 

Con esta información, la app puede determinar en qué condiciones la gente se siente mejor, qué comportamientos potenciar y cuáles evitar. 

Según la empresa, su experimento pretende encontrar la manera de "tener una fuerza de trabajo más productiva", y sus los empleados "usen los datos para aprender unos de otros".
Como el experimento aún está en se ignora si los datos se van a colgar en un corcho o se van a introducir en una tabla de Excel que será pública para todo el staff.

Fuente: iProfesional

Crecen las consultas por sobrepreocupación, el nuevo trastorno que sufren cada vez más jefes y profesionales

Están las personas que se preocupan y también aquellas que lo hacen por demás. La diferencia entre unas y otras es abismal: mientras que para las primeras es parte de un proceso natural y hasta estratégico, las segundas lo viven como un trastorno que -tarde o temprano- suele derivar en una consulta psicológica.
Las dificultades para llegar a fin de mes, la incertidumbre laboral y hasta la inseguridad que se sufre en todo el país son el caldo de cultivo de este problema que sufren cada vez más argentinos e, incluso, a edades más tempranas.
"De los trastornos de ansiedad, el vinculado con la preocupación excesiva, por motivos que aún no tenemos del todo claro, registra un importante aumento en las consultas", asegura Daniel Bogiaizian, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos por Ansiedad y director del Área Psicoterapéutica de la Asociación Ayuda para el Tratamiento y Prevención de los Trastornos de Ansiedad.
Según confirma el especialista y autor del libro "Preocuparse de más" (editorial Lumen), "antes nos consultaban principalmente por trastornos de pánico, pero ahora se están incrementando las visitas por problemas asociados a la preocupación excesiva".
Esta última, explica, se nutre de todo aquello relacionado con la incertidumbre. Las personas que sufren dicha perturbación manifiestan un alto grado de intolerancia a los contextos o situaciones inciertas.
A grandes rasgos, los individuos que padecen de sobrepreocupación son aquellos que terminan sufriendo las consecuencias de preocuparse.
"La preocupación es un proceso habitual, normal y estratégico, que nos sirve para confrontar con situaciones problemáticas y tratar de prevenirlas. Sin embargo, el grado de impacto que eso tiene en nosotros es diferente. Mientras algunas personas logran desconectarse de la preocupación, otras continúan enganchadas. Y es, en este último caso, donde hablamos de sobrepreocupación, en la dificultad para controlarla", explica.
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El trabajo, ese lugar donde todo empieza...
La sobrepreocupación laboral es un "clásico", enfatiza Bogiaizian. De hecho, los primeros síntomas se ven en esta área.
A los consultorios de los profesionales, los afectados llegan tras percibir las primeras dificultades en su trabajo. En la mayoría de los casos, aducen no sentirse tan efectivos.
En diálogo con iProfesional, el presidente de la Asociación Argentina de Trastornos por Ansiedad hace hincapié en que sus pacientes son cada vez más jóvenes.
"Antes rondaban los 40 años pero ahora tenemos casos de 25 y 30 años con este perfil. Son personas de corta edad que ya empiezan a sufrir los efectos de la preocupación excesiva. Ya están insertas en el mercado laboral, son profesionales", detalla.
Más allá de esto, el problema sigue vigente entre los jefes y los mandos medios que lideran equipos de trabajo.
"Quienes nos consultan suelen ser personas con muchas responsabilidades. Ellos están más expuestos a padecer preocupación excesiva, son más vulnerables porque también es más difícil controlarse", comenta el especialista.
Sin embargo, la culpa o responsabilidad no es de las empresas, aclara el experto. En palabras de Bogiaizian, "las compañías hacen su parte pero son las personas las que no logramos encontrar el punto adecuado de preocupación".
"Las organizaciones tienen un manejo impersonal. Los niveles de exigencia son esperables porque ¿quién no quiere vender más u obtener mejores resultados? El tema pasa por cómo cada individuo absorbe ese requerimiento, aquí es donde se puede generar el desajuste", explica.
Incluso, los que están afectados por este trastorno es porque poseen personalidades muy autoexigentes, cuya performance suele ser más alta de lo esperable.
Las consecuencias 
Los síntomas están ligados a la tensión, y son tanto físicos como psíquicos.
Por ejemplo, los primeros pueden ser fatigas, contracturas, dolores de cabeza, mareos, problemas gastrointestinales y afecciones cardiorrespiratorias como taquicardia, entre tantos otros.
También son muy comunes los ataques de miedo, no poder dormir o no lograr un descanso reparatorio.
"Se despiertan varias veces durante la noche. O no pueden reanudar el sueño cuando se interrumpe porque empiezan a pensar en aquellas cosas que les quedaron colgadas y lo que tienen que confrontar al día siguiente. Acá aparece la idea de que durante la noche va a solucionar o mejorar las cosas para el otro día", enfatiza el autor de "Preocuparse demás".
Y eso sucede porque en este perfil hay muchas creencias positivas asociadas a la preocupación, es decir, la miran con buenos ojos porque quizá en algún momento les ayudó a sortear una situación compleja o porque creen que así van a poder confrontar mejor los problemas y que van a sufrir menos.
Entonces, explica Bogiaizian, todas esas creencias positivas acerca de la preocupación, en lugar de operar para frenar el proceso, lo perpetúan.
Las conductas exacerbadas
Este trastorno se traduce en "maniobras" tales como, por ejemplo, sobreprepararse para un examen por sentir que no se sabe, que no se va a aprobar. O bien, conductas de sobrechequeo, es decir, revisar excesivamente las cosas por temor a cometer un error.
También se observa en controles médicos muy frecuentes, miedos acerca del estado de salud de las personas queridas o la sobreutilización de los celulares y mensajeros para comprobar que el entorno se encuentre normal.
"Un clásico son los llamados a las cuatro de la madrugada al celular de la hija que se fue a bailar. Si no responde, estas personalidades ya lo viven como la confirmación de una catástrofe porque cuando la preocupación se transforma en un problema se nutre de pensamientos negativos", ejemplifica el experto.
Al principio pasa desapercibido. Este trastorno, incluso, puede evolucionar durante varios años.
En un primer momento no se siente, pero a la larga se van sufriendo los efectos nocivos. "Pierden, por ejemplo, capacidad de concentración. Se quieren dedicar a algún aspecto vinculado al trabajo pero permanentemente aparecen pensamientos que bombardean con algo vinculado al área de la salud o al bienestar de su familia", ilustra.
Los afectados llegan a la consulta con un especialista sintiéndose al borde del descontrol, con la sensación que no pueden parar. 

Por lo tanto, para que el tratamiento sea exitoso, además de sesiones de psicoterapia -cognitivo comportamental- o incluso la farmacoterapia, es clave la escucha y contención familiar.



Fuente: iProfesional