martes, 25 de septiembre de 2012

Hipótesis de conflicto: Sufrir en el trabajo por un buen sueldo

Qué es lo que sucede cuando un empleado sólo se queda en la compañía por un tema salarial, pero está en un puesto que no le gusta o que no le resulta estimulante
Por Matías Ghidini  | Para LA NACION

¿Cuál es el límite que la insatisfacción laboral puede tolerar a cambio de una suculenta recompensa monetaria? La respuesta no es precisa. No podría serlo. La (creciente) diversidad de ejecutivos del mercado laboral conlleva un abanico tan amplio de alternativas como perfiles profesionales existen.
Necesariamente el análisis debe entonces aterrizar en los motivos por los cuales un profesional selecciona un empleo o descarta otro. ¿Qué valora? ¿Qué lo incentiva? ¿En qué orden?
En un extremo pues existe un grupo, materialista, para el cual la retribución económica dicta el rumbo de su carrera: dónde, cuándo y qué hacer están sujetos al bono más atractivo. Money talks (el dinero habla). En la misma línea, los motivos extrínsecos pueden también cobrar forma de un reconocimiento social o del prestigio profesional derivado de un pomposo cargo en una gran multinacional. En definitiva, se mueven en función de lo que reciben del exterior.
Cierto es que otro gran conjunto de empleados se realiza laboralmente a través de la satisfacción que en ellos mismos produce cumplir un rol en el cual encuentran placer. Hacer lo que les gusta. Que supone una retribución pecuniaria, claro está. Pero que si no está lo primero, ese valor absoluto carece del mayor del sentido. Más allá, aún, están aquellos que son movidos laboralmente por el impacto que su tarea tiene en los otros; guiados por motivos trascendentes, buscan una contribución hacia un tercero por sobre el interés personal.
Desde la vereda de las organizaciones, estos motivos generan diferentes niveles de vínculos entre las mismas y sus empleados. Todos tan válidos como distintos. Desde el mero interés hasta la máxima identificación. Ergo, el ponerse la camiseta sólo podrá suceder cuando coincidan ambas partes. Cuando lo que a mí me motive sea congruente con lo que la empresa ha pensado y diseñado para mí. En definitiva, cuando prime la coherencia entre mis intereses y valores, y los que la compañía promueve y fomenta.
Si esto se da no habrá -o mejor- no tendrá cabida el tener que soportar una tarea ingrata o un sueldo escaso. De lado podrá quedar el juicio de valor sobre qué motivo es más noble para trabajar. Cada individuo podrá hacer su elección personal y recibir los beneficios y las consecuencias de esa opción. En lo más perfecta de esa alineación entre motivos y recompensas radica la clave de una carrera profesional estimulante

Ahora buscan por ley que sean indemnizados los empleados despedidos por enfermedades no relacionadas con el trabajo

En el Congreso avanza una nueva iniciativa de Héctor Recalde la cual propone que, transcurrido el período de licencia paga que fija la normativa y el año adicional sin retribución, la empresa ya no pueda romper el contrato sin abonar resarcimiento. Expertos advierten del impacto en costos laborales

Por Sebastian Albornos

En los casos en que un empleado se enferme y a raíz de ello se vea imposibilitado de cumplir con sus tareas laborales, la ley vigente indica que el dependiente tiene derecho a tomarse una licencia paga por un período mínimo de tres meses y máximo de un año, sin perder su puesto.
Esto es así, según la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), aun cuando la dolencia se deba a causas ajenas a su empleo.
La cantidad de meses, durante los cuales se le reserva el cargo y se le paga el salario respectivo -tiempo en que es dispensado de su deber de prestar servicios- depende de dos factores: la antigüedad en la compañía y las cargas de familia.
En este sentido, si tiene menos de 5 años de pertenencia a la firma, la licencia paga será de 3 meses. Dicho período se extiende a 6 meses si tiene más de 5 años.
Asimismo, la ley agrega que estos tiempos se duplican si el empleado tiene familia a cargo, es decir, pasan a ser 6 o 12 meses respectivamente.
Ahora bien, si dicho lapso transcurrió y el dependiente continúa padeciendo la enfermedad en cuestión, la LCT señala que seguirá igualmente vinculado a la empresa por 12 meses más pero sin percibir salario alguno.
Una vez culminado ese tiempo, las partes ya pueden extinguir el vínculo laboral sin que el empleador deba abonar una indemnización por este motivo.
Es indudable que, para el empresario, el período de conservación del empleo implica un sobrecosto muy importante porque, además de abonar la licencia paga, debe afrontar los salarios y cargas sociales de quien remplace al trabajador ausente.
Por otra parte, dado que la fecha de reincorporación -luego del alta médica- podría darse de forma repentina, en ese caso al empleador también se le sumará el costo de la eventual desvinculación del remplazante, si decidiera que éste no siga en la compañía.
Pero estas reglas pueden llegar a cambiar.
Sucede que en el Congreso avanza un proyecto de ley, impulsado por el legislador oficialista Héctor Recalde, que ya cuenta con dictamen de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, y que está listo para ser tratado en el recinto.
La iniciativa busca modificar el espíritu de la legislación vigente a favor del trabajador estableciendo que el vencimiento del plazo de un año -referido precedentemente- no va a producir por sí mismo la extinción del contrato y que el eventual despido -al término de ese período- ya no exime al empleador de la responsabilidad indemnizatoria.
La modificación al texto legal
En concreto, la iniciativa pretende reformar el artículo 211 de la LCT sobre conservación del empleo para que quede redactado de la siguiente forma:
"Conservación del empleo. Vencidos los plazos de interrupción del trabajo por causa de accidente o enfermedad inculpable, si el trabajador no estuviera en condiciones de volver a su empleo, el empleador debe conservárselo durante el plazo de un (1) año contado desde el vencimiento de aquellos. El cumplimiento de este plazo no produce por sí solo la extinción del contrato. El despido no exime al empleador de responsabilidad indemnizatoria".
De acuerdo con Recalde, de esta forma se pretende otorgar una mayor protección al trabajador.
Repercusiones
Para el diputado del PRO, Julián Obligio, "el Estado es quien tiene la obligación de asistir a los trabajadores que se encuentran en dicha situación y así contribuir a atenuar estas circunstancias desventajosas para el empleado, como es satisfacer -al mismo tiempo- el sustento personal y/o familiar y los cuidados que demandan la recuperación de la salud".
"Se trata de la previsión de un perjuicio del cual no es responsable el dependiente pero tampoco el empleador, pues la enfermedad o accidente es ajena al trabajo, es decir, la estructura laboral - contractual", indicó.
Por otra parte, criticó el cambio donde se establece que "la subsistencia de la relación laboral, vencido el plazo de un año, durará hasta tanto algunas de las partes decida y notifique a la otra su voluntad de rescindirla".
A tal efecto, sostuvo su cuestionamiento en que el empleador "no puede conservar el puesto de trabajo al dependiente que ha sufrido una enfermedad o accidente inculpable por efectos indeterminados de tiempo" porque ello genera dificultados en la dinámica profesional o laboral.
"Establecer la rescisión por el empleador generará responsabilidad indemnizatoria. Esto resulta a las claras irrazonable y, desde luego, injusto pues se trata de una indemnización que carece de causa", disparó Obligio.
En este contexto, iProfesional.com consultó a abogados que se desempeñan como asesores de empresas para saber su opinión y, en líneas generales, se puede decir que los expertos no vieron con buenos ojos el proyecto.
"Se pretende generar al empleador una nueva obligación económica", indicó Juan Manuel Lorenzo, abogado del estudio Salvat, Etala & Saravi.
"La iniciativa se enrola en la misma línea de otros antecedentes que pretenden atender a fines legítimos y que la nueva realidad laboral requiere, pero a través de una solución inadecuada", agregó.
Para Glauco Marqués, socio del estudio Adrogué, Marqués, Zabala & Asociados, con estas propuestas parlamentarias se "terminan generando conflictos por la poca previsión de las circunstancias que pretenden demarcar".
Al sostener su postura, Marques señaló que "las empresas no sólo verán sus costos incrementados ante este tipo de circunstancias, sino que, además, deberán extremar sus recursos para controlar el fraude legal que implica ausentarse aduciendo enfermedades inexistentes y/o ya curadas".
"Estos avances sobre la protección del trabajador requerirían de una legislación mucho más completa y que regule no sólo los derechos del empleado enfermo, sino que acentúe las obligaciones de éste y los derechos de las empresas en el control, y una interpretación jurisprudencial mucho más realista que la que existe en la actualidad, sin desatender el derecho del mismo a enfermarse y percibir su salario", enfatizó el especialista.
"Esto -que se hace en nombre del riesgo empresario- no puede abarcar o comprender este tipo de contingencias que el empleador no provocó (los problemas de salud considerados como inculpables)", dijo Esteban Carcavallo, socio del Severgnini, Robiola, Grinberg & Tombeur.
"Es francamente un exceso", remarcó.
"El mayor costo laboral que genera esta normativa debe estar inexorablemente compensado por reintegros que el Estado debe garantizar a los empleadores, principalmente, a las pequeñas y medianas empresas como motor esencial en la creación de puestos de trabajo", destacó Minghini.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Google es por cuarta vez consecutiva la empresa preferida para trabajar

La empresa tecnológica se mantuvo en el primer puesto, seguida de KPMG. En tanto, Procter & Gamble subió hasta la tercera posición        
   
Por iProfesional


Google ganó por cuarto año consecutivo el primer lugar como la empresa preferida para trabajar, según el índice de atracción de talento global: The World's Most Attractive Employers 2012.

El índice muestra el actual nivel de atracción de las empresas como sitio para un desarrollo potencial para liderar el mundo del mañana.
La empresa tecnológica se mantuvo en el primer puesto, seguida de KPMG y Procter & Gamble, que subió hasta la tercera posición.
"La fiebre de Google aún es alta. Los estudiantes se ven atraídos por el entorno de trabajo relajado y creativo de Google, el ambiente internacional y los productos innovadores. Google ofrece grandes beneficios y oportunidades que son difíciles de obtener para otras compañías", dijo Petter Nylander, consejero delegado de Universum.
También en la categoría de ingeniería, Google asume el primer puesto por cuarto año consecutivo y está seguido por IBM y Microsoft, informa el diario El Mercurio.
"Los gigantes de la industria del software se ven como grandes sitios para el lanzamiento de una carrera en ingeniería. Ofrecen formación, contactos y futuras posibilidades profesionales. Además, son globales. Generación Y se utiliza para interactuar con amigos y personas de mentalidad parecida en todo el mundo en las redes sociales cada día. Tienen una perspectiva internacional y quieren tener posibilidades de ir al extranjero en su vida laboral", añadió Nylander.
Y asesoró: "Los estudios han demostrado que las compañías que solo se basan en una marca de consumo sólida para capturar talento tienen dos veces el coste de atracción de talento que las compañías con una marca de empleador fuerte. Para contrarrestar los problemas en asegurar una línea de talento adecuada es necesario tener una estrategia de atracción de talento y marca de empleador"

Tras la designación, la cuenta regresiva: los primeros 18 meses de gestión son una “prueba de fuego” para los CEO

El tiempo promedio que un número uno permanece en el puesto es cada vez más corto. Para posiciones clave las compañías están buscando ejecutivos con mayor experiencia en entornos de crisis. Desde el IAE cuentan cuáles son las primeran tareas que ejecutan.En la cima, ¿la vida armoniosa es una utopía?

Por Cecilia Novoa


Cuando un ejecutivo se calza el traje de número uno para llevar las riendas de una compañías, sabe que la cuenta regresiva ha comenzado: por delante, le esperan entre 18 y 24 meses críticos, en los que cualquier error puede costarle el cargo y dejarlo afuera de la empresa.
Durante dicho período, si el directivo no hace las cosas razonablemente bien rota, siendo aquel con menos experiencia en posiciones de top managment el que tiene más chances de "caer en desgracia".
Para los que transitan su primera experiencia al frente de una organización, lo fundamental es que reciban coaching con la mayor antelación posible al momento de la asunción.
Es que, según explica Alejandro Carrera, director de la cátedra PwC de Gobierno de Organizaciones del IAE Business School, "los recién llegados que refieren menos experiencia en cargos de número uno tienen una cobertura muy amplia dentro del mapa de tareas, lo cual se da sobre todo porque no disponen de un equipo de trabajo propio."
"El líder hereda un equipo y hasta que no se siente cómodo está muy "hands on" en todo. Tiene que atender un abanico de tareas porque no confía en nadie. Y, en paralelo, ir armando su grupo. Recién cuando termina, empieza a poner el foco en aquellas cosas que él cree que son particularmente sus prioridades", detalla el profesor del IAE.
Encima, el promedio de tiempo que un número uno permanece en el puesto se acorta cada vez más. Antes era 15 años y ahora, en cambio, son ocho. Sobre todo en las empresas que cotizan en bolsa y no son familiares, ya que hay que rendir cuentas de inmediato y no existen lazos sanguíneos de por medio.
"A los gerentes generales se le piden resultados extraordinarios rápidamente y, en caso de no alcanzarlos, terminan siendo desvinculados. Y esto se debe a que las organizaciones suelen contratar a un ejecutivo de otra compañía sin tener en cuenta que el Maradona de un equipo pocas veces funciona en otro", advierte el académico.
En la actualidad, según el estudio "El valor agregado de la alta dirección" realizado recientemente por el IAE entre 68 directivos de multinacionales, la edad promedio de un CEO es de 48,9 años y posee, de media, 11 años de experiencia en el cargo.
Al respecto, Carrera destaca que dicha edad promedio es alta porque para los puestos clave hoy las compañías están volviendo a buscar gente con mayor experiencia, en entornos económicos y financieros adversos.
"En el actual contexto inflacionario, con remembranza ochentosa, los ejecutivos que rondan los 50 tienen una importante ventaja competitiva por sobre los de 35, ya que poseen experiencia de gestión en escenarios similares y reflejos para no cometer errores muy elementales", enfatiza Carrera.
Entre sus hallazgos, la investigación, realizada por el área de Política de Empresa del IAE junto a PwC, destaca que:
·                   Con los años y la experiencia los directivos enfocan más su trabajo, seleccionando las actividades que priorizan en su agenda. Esta conclusión es más contundente en los mayores, particularmente en la conducción de sus colaboradores y en la armonización de los stakeholders (grupos de interés).
·                   Los más jóvenes son los que menos entienden su trabajo (en promedio) y priorizan en su agenda la definición de los negocios y el control de gestión.
·                   Los CEO con menos experiencia en el cargo ponen un mayor foco en el desarrollo del pensamiento estratégico dentro de la organización y entienden, en mayor medida que los números uno más seniors, la importancia de promover e impulsar los procesos de cambio, actividad que también ejecutan en mayor proporción.
Al respecto, Carrera hace hincapié en que hay un aprendizaje en la tarea. "No es lo mismo ser un número uno recién llegado al cargo que tener diez años de experiencia, en términos de cómo administran su tiempo y dónde ponen el foco de su trabajo", diferencia.
Y observa que la configuración institucional, es decir el hecho de darle un contexto interno y externo a la empresa para que los empleados se enfoquen en su trabajo, es una obligación que la reconocen como propia pero que en la práctica no la ejecutan -o lo hacen en una escala menor- cuando, en realidad, es la tarea menos delegable de todas.
No obstante, Carrera encuentra una justificación a esta falencia en el entorno económico actual: "Por la situación económica y la incertidumbre, es normal que a los ejecutivos se les acorte la vista, todo lo que hacen es mucho más cortoplacista y depende de cual sea el negocio será en lo que se tienen que concentrar".
Cómo dividen el tiempo los líderes empresariales
Según el académico, todo número uno, cada día al despertarse debe preguntarse "¿qué es lo mejor que hoy puedo hacer para agregar valor a mi compañía?". La respuesta: ocuparse de aquello que si él no lo hace, nadie lo ejecutará.
De acuerdo con la investigación del IAE, siempre se registran diferencias entre lo que el CEO entiende como importante en su agenda (entendimiento) y lo que efectivamente realiza (prioridades).
"Lo que realiza describe lo que el directivo manifiesta como prioritario a la hora de decodificar su agenda; no es el total de su agenda", advierten.
En tanto, un estudio realizado por la Escuela de Negocios de Harvard y la London School of Economics sobre las agendas de más de 500 CEO arrojó que:
·                   Los CEO con mayor cantidad de reportes directos destinan una mayor proporción de su tiempo interactuando con los empleados de la empresa e involucrándose en las operaciones internas.
·                   No existe un efecto significativo en la proporción de tiempo dedicado a los outsiders (clientes, proveedores, etc.) o el número total de horas trabajadas. El trade-off parece darse principalmente entre el trabajo en equipo y el individual.
·                   El tiempo que el CEO dedica a los insiders decae cuando el organigrama incluye al COO o CFO (aunque este último está casi siempre presente). La presencia de otros ejecutivos de reporte directo no parece correlacionarse con la asignación de tiempo del CEO.
En la cima, ¿es posible el balance vida laboral-personal? Dada la influencia que el número uno tiene en la organización, es importante que desarrolle una vida armónica, asegura el profesor del IAE.
Ante las preguntas "¿Cómo distribuye el número uno su tiempo entre sus responsabilidades laborales, su vida familiar, el deporte, el esparcimiento, la salud, su formación humana y profesional?" y "¿Lleva un estilo de vida armónico?" los resultados de la investigación fueron paradójicos.
En promedio los CEO tienen un estilo de vida armónica: dedican el 54% de su tiempo a las responsabilidades laborales, el 27% a su familia, el 11% al deporte, esparcimiento y atención de su salud, y el 8% a la formación profesional.
Sin embargo, al analizar los CEO de manera individual resulta que un 65% de ellos reconoce que lleva una vida no armónica, un dato a tener en cuenta ya que si su cotideaneidad no está ordenada y carece de soporte afectivo, esto se filtrará hacia abajo e impactará en todos los niveles de la estructura.

La CEO de Yahoo asegura que el síndrome de "estar quemado" es un mito

Muchos directivos se enfrentan a la tarea de evitar que trabajar en exceso se traduzca en baja productividad. Pero para Marissa Mayer el burn out no existe

Por iProfesional

Muchos directivos se enfrentan cada día a la tarea de evitar que trabajar en exceso a la larga se traduzca en ausentismo y baja productividad. Sobre este tema, la nueva CEO de Yahoo, Marissa Mayer, asegura que el desgaste es un mito.
Simplemente, no existe, en su opinión.
Jessica Stillman, colaboradora del portal Inc.com, recoge las declaraciones de Mayer (en la foto) quien asegura: "No creo en el desgaste. Mucha gente trabaja muy duro desde hace décadas y décadas, como Churchill o Einstein en sus tiempos".
Para ello, el secreto para evitar "estar quemado" no tiene nada que ver con comer cinco veces al día o dormir ocho horas al día, sino que este mito, para ella, tiene que ver "con el resentimiento".

Es decir, los profesionales pueden, por ejemplo, trabajar muchas horas, pero el resentimiento aparecerá cuando crean que se están perdiendo cosas realmente importantes para ellos.